[Reseña] Far Cry 3 de Ubisoft
Far Cry 3 está construido sobre las bases de su antecesor, Far cry 2 -Igualmente desarrollado por Ubisoft Montreal, a diferencia de la primera hecha por Crytek- por lo que tendremos cosas similares.
Entre estas características veremos al personaje sanar al removerse una bala del brazo con un cuchillo o rama al quedarse sin medicina.
La historia regresa a estar situada en una Isla del Pacífico, que alguna vez fuera usada como fuerte japonés, tal como sucediera en el primer Far Cry, aunque ninguna de las historias de los juegos anteriores está ligada entre si. En esta ocasión tomamos el control de Jason Brody, que junto con sus amigos realizaron Skydiving hacia una isla y sin saberlo estaba infestada de piratas. Tras ser capturados, Jason logra escapar y ahora debe buscar la ayuda de los lugareños para rescatar a sus amigos.
El mundo creado para esta tercera entrega es enorme y abierto, por lo que pude ser explorado entre misiones para encontrar reliquias, notas perdidas sobre la historia de Isla cuando fue base Japonesa, dinero y materiales para crear medicina y artefactos.
La dinámica para ir develando el mapa de la isla principal y de las menores alrededor, toma mucho de Assassin’s Creed; hay que subir a una torre de transmisión para reactivarla, una vez activa, se muestran todas las locaciones alrededor de la torre junto con la clase de animales que habitan la zona. Para descender de ella en vez de realizar un ‘salto de fe’ al puro estilo AC, hay que deslizarse por el cableado que sostiene a la torre. Entre más torres reactivadas, se obtendrán armas gratis y descuentos en las tiendas de las pueblos.
Esparcidos por el mapa hay cuarteles que ejercen cierta influencia en la zona en la que se ubican. Esta influencia consiste en el número de enemigos que uno encontrara y la frecuencia con la que patrullaran las áreas. Una vez tomado el cuartel, se puede acceder a el para comprar armas y municiones, además de que ahora estará controlado por los Rakyat, habitantes nativos de la isla.
Pero volvamos a Jason Brody, en contraste con los protagonistas anteriores, él no tiene entrenamiento alguno militar, de hecho con sus amigos se encontraban derrochando dinero en Bangkok una noche antes de los sucesos de la historia. A lo largo de la trama iremos presenciando la transformación en su persona, de no tener ni idea de qué hacer en los primeros instantes del juego a convertirse en el eje central de la liberación de los Rakyat de los piratas que azotan la isla.
Tras escapar de los piratas, Jason es rescatado por Dennis quien se encargará de asignarle la mayoría de las misiones y de introducirlo con la líder de los Rakyat, Citra, quien lo inicia dentro de los guerreros de la tribu. Una vez iniciado, Jason irá recibiendo tatuajes los cuales representan las habilidades que ha adquirido. Por cada muerte que se realiza se van acumulando puntos de experiencia los cuales a su vez dan lugar a puntos de habilidad que pueden ser gastados dentro de tres categorías. Estas categorías están ramificadas por lo que hay que adquirir primero una para poder tener acceso a la siguiente.
El principal antagonista de Jason durante el inicio de la trama es Vaas -hermano de Citra- quien traicionó a su pueblo negando su destino, uniéndose a los piratas reclutado por Hoyt Volker quien controla la isla y se dedica al tráfico de esclavos y narcotráfico.
Para poder cargar con más armas y municiones, Jason debe de confeccionar bolsas y cinturones con pieles de animales, por lo que en diversos momentos nos encontraremos cazando desde cerdos hasta tiburones toro, pasando por dragones de komodo y diversos felinos.
La dinámica entre los personajes no jugables dentro de Far Cry 3 es similar a la que podemos encontrar en juegos como Fallout 3, donde podemos tener ataques entre ellos, ya sea un oso o un tigre persiguiendo a una presa, o piratas luchando contra los Rakyat en el camino.
Far Cry 3 tiene muchos aciertos sobre la pasada entrega, cómo un desarrollo mucho más profundo del protagonista y la historia a su alrededor o el poder desplazarse inmediatamente a lugares desbloqueados, sin mencionar el impresionante ecosistema que habita la isla en conjunto con los gráficos (que definitivamente lucen aun más en computadora) pero ello no evita que el juego en muchas instancias se sienta como un Assassin’s Creed psicotropicalizado en primera persona, las secuencias en donde Jason ingiere alucinógenos no distan mucho de los niveles en primera persona de AC Revelations dentro del Animus (aparato que permite a una persona revivir las memorias de sus antepasados guardadas en el ADN) y la música de fondo cuando se accede al menú es muy reminiscente a la escuchada cuando uno esta en el menú del Animus. Otro de los elementos tomados de AC, es la enciclopedia del juego, la cual brinda información de los personajes y estructuras encontradas a lo largo de la isla, con un humor muy al estilo del encontrado en los juegos de Altaïr y Enzio.
El juego no se libra de llegar a ser repetitivo del todo, ya que muchas misiones radican en limpiar un área de enemigos o defender a un personaje mientras este realiza alguna acción. En las misiones de sigilo, si se fallan, hay que reiniciar la misión tal cual sucede con Assassin’s Creed. Hablando de las misiones de sigilo, hay una en particular en donde hay que llegar sin ser descubierto, a un embarcadero dentro de un cenote. El problema en esta misión surge al llegar al punto en el que se te pide buscar una ruta alterna ya que la principal está llena de enemigos. Dicha ruta alterna ya esta preestablecida y si se toma una distinta a esta preestablecida, aun llegando al embarcadero sin ser descubierto, la historia no continuará y los enemigos permanecerán como estatuas, teniendo que necesariamente ir al punto preestablecido. Esta es una de las cosas por las que de Dishonored ha destacado tanto, se le da al jugador plena libertad en todo momento de cómo llevar acabo el objetivo o misión.
Aun con todo, existen misiones en las que uno no necesariamente tiene que llegar disparando a todo el que se le ponga en frente, equipando con silenciador en el sniper y rifle de asalto o con un arco, es posible eliminar enemigos de bases sin ser detectado.
Far Cry 3 es un juego sumamente inmersivo, más aun cuando se elimina la música en el menú principal, si no se pone atención a los sonidos de los alrededores será más que frecuente que osos, tigres, dragones de komodo y serpientes lo tomen a uno por sorpresa. El planeador aéreo fue sin duda uno de mis transportes preferidos, deja al descubierto los hermosos escenarios de la isla y uno prácticamente se olvida de las matanzas que suceden debajo, esto hasta que comienzas a ser atacado desde un cuartel.
Quizás la más grande falla independientemente de glitches (como el poder nadar repentinamente al filo de un barranco) es el menú, es desesperante la cantidad de veces que uno tiene que retroceder después de haber ingresado a una alerta dentro del juego, para poder regresar al juego, no existe forma alguna de regresar al juego de un solo jalón, hay que salir de cada uno de los submenús hasta llegar al principal para de ahí regresar a la acción
Una vez terminado el juego, se podrá seguir explorando la isla y realizar las misiones opcionales que quedaron pendientes, y con la extensión de la isla se le da unas buenas horas más de vida al juego junto con el apartado multijugador y el editor de mapas.
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